Solsticio (ficción)

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Por Luis Saavedra.

Comencemos.

Calamares tenía diez años cuando encontró el saltamontes en el suelo ardiente del cemento, un mediodía de verano. Sabía que era verano porque lo había descubierto en una revista de geografía que traía un artículo sobre las estaciones del planeta Tierra. La revista se la había traído su padre un día que llovía, pero él la dejó en la pila de lectura durante los próximos dos meses. Por mientras, agotaba las aventuras de Kalimán que su mejor amigo Sergio le había prestado. Cuando finalmente abrió la primera página, se inundó de un conocimiento que no sabía que existía hasta ese bendito instante. Y para la hora del almuerzo, Calamares ya conocía los primeros seis movimientos del planeta y por qué existían cuatro transiciones de clima en el año. Por eso el 21 de diciembre se levantó muy rápido, mientras su madre le gritaba que tenía que desayunar. “¡No puedo, hoy es el solsticio de verano!”, y salió corriendo por la puerta delantera de la casa tratando de ponerse la camiseta. Sigue leyendo «Solsticio (ficción)»